Vierta el agua en un recipiente de vidrio grande con tapa. Revuelva la miel hasta que se disuelva. Ralle la cáscara del limón, teniendo cuidado de no incluir la parte blanca. Exprema el limón y luego agregue tanto la ralladura como el jugo al recipiente de vidrio.

Trabajando con un ramillete a la vez, sostenga la menta en una mano; use la otra mano para retorcer y apretar las hojas, magullándolas ligeramente para liberar su fragancia y aceites. Sumerja los ramilletes exprimidos en la mezcla de agua.

Cubra el recipiente y colóquelo al sol directo durante 2 horas.