Coloque las nueces en un tazón y cúbralas con leche; deje en remojo en el refrigerador durante 3 a 4 horas o toda la noche.

Escurrir las nueces y colocarlas en un procesador de alimentos. Agregue el queso fresco, la crema agria, el azúcar y la canela. Procese hasta que esté completamente suave. Agregue leche según sea necesario para hacer que la salsa sea cremosa. Reserve la salsa.

Coloque una rejilla del horno aproximadamente a 15 cm de la fuente de calor y precaliente el asador. Forre una bandeja para hornear con papel aluminio.

Coloque los chiles poblanos en la bandeja para hornear preparada. Ase hasta que las pieles se ennegrezcan y ampollen, unos 10 minutos, girando los chiles a la mitad del tiempo.

Retire los chiles del horno y séllelos en una bolsa de plástico con cierre hermético. Deje reposar y vaporizar durante 15 minutos.

Retire cuidadosamente las pieles de los chiles usando una cuchara o los dedos. Haga un corte por el lado de cada chile y retire las semillas y venas. Reserve los chiles.

Caliente una sartén a fuego medio. Sofría el chorizo durante 2 a 3 minutos. Agregue las flores de calabaza y cocine hasta que el chorizo se dore y las flores se marchiten, unos 5 a 7 minutos. Mezcle los frijoles negros y el maíz, cocinando durante 1 o 2 minutos más. Mezcle el queso mexicano.

Rellene cuidadosamente los chiles con la mezcla de chorizo. No los rellene demasiado para asegurarse de que los chiles puedan cerrarse completamente.

Separe los huevos en dos cuencos. Mezcle 1 cucharada de harina con las yemas para formar una pasta. Bata las claras de huevo hasta que formen picos firmes, luego incórporelas suavemente a la mezcla de yemas.

Reboce los chiles rellenos en 1 taza de harina. Cubra completamente. Sumerja los chiles cubiertos de harina en la mezcla de huevo, asegurándose de que estén completamente cubiertos.

Caliente aceite vegetal en una freidora o sartén profunda a 350°F (175°C). Fría los chiles hasta que estén dorados, unos 2 a 4 minutos. Transfiera a una rejilla para escurrir.