Coloque la mantequilla en el tazón de mezclar de una batidora de pedestal. Vierta la leche caliente sobre la mantequilla; revuelva ocasionalmente hasta que se derrita la mantequilla. Incorpore el puré de calabaza, 3/4 taza de azúcar blanca, los huevos y la yema de huevo a la mezcla de leche.

En un tazón aparte, combine la harina, la levadura, la sal, el jengibre, la canela y las especias mezcladas. Usando el accesorio de pala, mezcle aproximadamente 4 tazas de la mezcla de harina a baja velocidad. Raspe los lados del tazón y debajo de la pala. Agregue la harina restante y mezcle hasta que esté completamente combinada. La masa estará húmeda.

Transfiera la masa a un tazón engrasado. Cubra con plástico y refrigere durante al menos 5 horas o toda la noche.

Combine la salsa de arándanos con 1/3 taza de agua en una cacerola pequeña. Desmenuce ligeramente la salsa con una cuchara. Caliente a fuego medio-bajo, revolviendo ocasionalmente, hasta que la salsa se derrita. Viértalo en un tazón y refrigere.

Coloque la masa fría sobre una superficie enharinada, forme una bola y divídala por la mitad. Guarde la mitad de la masa en el refrigerador. Extienda la masa restante hasta alcanzar un grosor de 1/4 de pulgada. Corte redondeles con un cortador de 3 pulgadas.

Caliente el aceite a 375°F (190°C) en una freidora o cacerola. Forre una bandeja para hornear con un forro antiadherente. Coloque los redondeles de masa en la bandeja en pares.

Bata la clara de huevo con agua. Pincele las mitades inferiores de los pares de donas con la mezcla. Coloque la gelatina de arándano en el centro y cubra con la mitad superior, presionando los bordes para sellar.