Enjuague los garbanzos bajo agua fría. Tome puñados de garbanzos y frótelos entre sí bajo el agua para lavarlos. Coloque los garbanzos en una olla grande para guisar, cúbralos con agua y agregue el bicarbonato de sodio. Mezcle y deje remojar durante 8 horas o toda la noche.

Escurrir los garbanzos remojados, enjuáguelos bajo agua fría corriente y retire cualquier piel o garbanzo decolorado. Resérvelos a un lado.

Ralle la cebolla, el apio, el calabacín y la zanahoria en los dientes grandes de un rallador de queso.

Caliente 2 cucharadas de aceite de oliva en una olla para guisar a fuego medio. Agregue las verduras ralladas y saltee durante 1 minuto. Mezcle la salvia, el romero y el tomillo, y continúe salteando hasta que las cebollas se vuelvan suaves y translúcidas, aproximadamente 5 minutos.

Agregue 3 tazas de caldo, todos los garbanzos y los tomates enlatados a la olla. Lleve a ebullición, reduzca el fuego y cocine a fuego lento hasta que los garbanzos estén tiernos, aproximadamente 1 hora.

Incorpore la pasta ditalini y continúe cocinando hasta que la pasta esté tierna, aproximadamente de 8 a 10 minutos. Agregue más caldo según sea necesario para asegurar una consistencia espesa, similar a un guiso.