Corta y desecha los extremos superiores e inferiores de las naranjas y el limón. Pela y desecha la cáscara y la parte blanca de 3 de las naranjas. Corta todas las naranjas y el limón en cuartos a lo largo, luego córtalos en rodajas finas de 1/8 de pulgada, desechando las semillas mientras cortas. Coloca todas las rodajas de cítricos en un tazón grande y cúbrelos con agua. Cubre y refrigera durante al menos 8 horas y hasta 24 horas.

Vierte las rodajas de naranja y limón junto con el agua en una olla grande de acero inoxidable o una olla holandesa. Lleva a ebullición a fuego alto. Una vez que hierva, reduce el fuego a medio y cocina a fuego lento, sin tapar, revolviendo ocasionalmente, durante unos 45 minutos, retirando cualquier espuma que suba a la superficie durante el proceso.

Revisa cuatro frascos de conservas (de ½ pinta) para ver si tienen grietas y revisa si los anillos tienen óxido, descartando los defectuosos. Sumerge en agua caliente hasta que la mermelada de naranja esté lista. Lava nuevas tapas y anillos en agua jabonosa tibia. Coloca un plato pequeño en el congelador.

Agrega el azúcar a la mezcla de naranja y lleva a ebullición a fuego alto. Cocina, revolviendo ocasionalmente, hasta que el líquido se reduzca ligeramente y el termómetro marque 220°F (104°C), aproximadamente 40-45 minutos.

Para probar la consistencia de la mermelada, retira el plato del congelador, coloca una cucharada de mermelada sobre él y devuelve el plato al congelador durante 1 minuto. Comprueba el grosor y cocina la mezcla más tiempo si es necesario. Repite hasta alcanzar la consistencia deseada.