Coloque las claras de huevo en un tazón de mezcla metálico y refrigérelas durante la noche. Al día siguiente, deje que las claras alcancen la temperatura ambiente.

Precaliente el horno a 280 grados F (138 grados C). Forre dos bandejas para hornear con papel pergamino.

Mezcle el azúcar glas y la harina de almendra en un tazón.

Bata las claras de huevo con sal en un tazón metálico con una batidora eléctrica a velocidad media hasta que estén espumosas, aproximadamente 1 minuto. Aumente la velocidad a alta y agregue gradualmente el azúcar fino, aproximadamente 1 cucharada a la vez, hasta que las claras estén brillantes y formen picos firmes, de 3 a 5 minutos más.

Incorpore suavemente la mezcla de harina de almendra a las claras batidas hasta que esté completamente incorporada; vierta el merengue en una manga pastelera equipada con una punta de 3/8 de pulgada. Forme discos de 1 pulgada de merengue sobre las bandejas preparadas, dejando 2 pulgadas de espacio entre los macarons. La masa se expandirá.

Levante las bandejas de horno a pocas pulgadas sobre la superficie de trabajo y golpéelas ligeramente varias veces para eliminar cualquier burbuja de aire de los macarons; deje reposar a temperatura ambiente hasta que las superficies brillantes se vuelvan opacas y se forme una piel fina, aproximadamente 25 a 30 minutos.

Coloque las bandejas en el horno precalentado y hornee hasta que las superficies de los macarons estén completamente secas, aproximadamente 19 a 20 minutos. Deje que los macarons se enfríen por completo en las bandejas antes de pelar el papel pergamino.