Precalienta el horno a 350 grados F (180 grados C). Forra un molde cuadrado de 9x9 pulgadas con suficiente papel pergamino para que sobresalga por todos los lados.

Para la masa y las migajas, mezcla la mantequilla derretida, el azúcar blanco, el azúcar moreno, la sal y la vainilla hasta que estén bien combinados. Añade la harina y el polvo de hornear y mezcla hasta que la mezcla se una en grumos grandes. Mide aproximadamente 1 3/4 tazas de migajas y presiónalas firmemente y de manera uniforme en el fondo del molde preparado. Reserva el resto de la mezcla de migajas para la cobertura.

Rompe un huevo en un tazón grande y bátelo durante unos segundos. Unta una capa fina de huevo sobre la masa; usarás cualquier huevo restante en el relleno. Coloca la masa en el congelador durante unos 10 a 15 minutos mientras preparas el relleno.

Para el relleno, al huevo que usaste como lavado de huevo, añade los 2 huevos restantes, 1 taza más 2 cucharadas de azúcar, la maicena, la ralladura de limón y una pizca de sal. Bate hasta que esté completamente suave y combinado. Incorpora las 3 cucharadas de mantequilla derretida. Vierte el jugo de limón y bate hasta que se combine.

Retira la masa del congelador y vierte el relleno uniformemente sobre la parte superior.

Hornea las barras en el horno precalentado durante 25 minutos.

Retira el molde del horno y espolvorea uniformemente la cobertura reservada sobre la parte superior, desmenuzando cualquier trozo grande si es necesario. Vuelve a colocar el molde en el horno.

Hornea hasta que las migajas comiencen a dorarse, entre 20 y 25 minutos más.