Mezcle 1/2 taza de harina de teff blanca y harina de teff marrón en un tazón. Agregue 1 taza de agua y bata bien. Vierta la mezcla en un recipiente de vidrio lo suficientemente grande como para contener 3 veces el volumen original. Cubra con gasa u otro tejido transpirable para evitar que entre polvo; no lo cubra con film transparente ya que la circulación de aire es vital. Deje el recipiente cubierto en un ambiente libre de corrientes de aire; la mezcla necesita aire para circular para fermentar. Revuelva la masa 2 veces en 24 horas.

Busque burbujas y posiblemente un aumento en el volumen después de 24 horas; también puede haber un olor ligeramente ácido. Cuando note estas cosas, agregue 1 cucharada de harina de teff blanca y 1 cucharada de agua a la masa y bata bien. Revise en pocas horas para ver si las burbujas se han formado nuevamente, la mezcla ha aumentado en volumen y el olor punzante sigue siendo evidente; si es así, la masa está lista y puede pasar al proceso de cocción (paso 5).

Deje reposar la masa durante otras 12 horas si la mezcla no ha comenzado a fermentar o a oler agrio después de las primeras 24 horas; revuelva una vez durante este tiempo. Verifique si se han formado burbujas, si la mezcla ha aumentado en volumen y si hay un olor punzante evidente; si es así, proceda con el paso 4.

Mezcle 2 cucharadas de harina de teff blanca y 2 cucharadas de agua en un tazón, asegurándose de que no haya grumos. Agregue la mezcla a la masa, batiendo bien. Espere unas horas; la masa debe estar burbujeante con un aumento notable en volumen y un olor punzante pero fragante, indicando que está lista para cocinarse.