Coloque las patatas en una olla grande y cubra con agua salada. Lleve a ebullición. Reduzca el fuego a medio-bajo y cocine a fuego lento hasta que estén tiernas, aproximadamente 20 minutos. Escurra y pele.

Coloque las patatas cocidas en un tazón. Agregue la maicena, el jengibre molido, el comino, la pimienta cayena, el cilantro, la sal y la pimienta. Machaque con un tenedor. Engrase ligeramente las manos, divida la mezcla de patatas en 4 porciones y forme tortitas de aproximadamente 1/3 de pulgada de grosor.

Caliente 1 cucharada de aceite vegetal en una sartén a fuego medio. Fría las tortitas de patata hasta que estén doradas, aproximadamente 3 minutos por cada lado. Retire y mantenga caliente.

Muela los granos de pimienta y los clavos usando un mortero y mano.

Caliente las 2 cucharadas restantes de aceite vegetal en una sartén a fuego medio-alto. Añada los chiles secos, las semillas de comino y las hojas de laurel. Agregue la cebolla, el ajo y el jengibre. Cocine hasta que la cebolla se dore, aproximadamente 5 minutos.

Agregue la mezcla de pimienta y clavo molidos, el curry en polvo y la cúrcuma. Mezcle la pasta de tomate con agua, revuelva la pasta diluida y el tomate picado en la sartén. Cocine a fuego medio hasta que el tomate se ablande, aproximadamente 5 minutos.

Incorpore los garbanzos y deje hervir a fuego lento durante 10 minutos.