Vierte 1 ¼ tazas de agua tibia en un tazón mediano. Disuelve la levadura y 1 cucharadita de azúcar en el agua tibia; deja reposar hasta que esté cremosa, aproximadamente 10 minutos.

Mezcla la harina, ½ taza de azúcar y la sal en un tazón grande. Haz un hueco en el centro; agrega la mezcla de levadura y aceite. Mezcla bien y forma una masa. Si la mezcla está seca, agrega una o dos cucharadas más de agua.

Amasa la masa hasta que esté suave, aproximadamente 7 minutos. Engrasa ligeramente un tazón grande, coloca la masa en el tazón y gírala para cubrirla con aceite. Cubre con plástico y deja que suba en un lugar cálido hasta que se duplique de tamaño, aproximadamente 1 hora.

Precalienta el horno a 450 grados F (230 grados C). Engrasa 2 bandejas para hornear.

Vierte 4 tazas de agua caliente en un tazón grande. Revuelve el bicarbonato de sodio hasta que se disuelva; reserva.

Coloca la masa sobre una superficie enharinada y divídela en 12 partes iguales. Enrolla cada parte en una cuerda y retuércela en forma de pretzel.

Una vez que toda la masa esté moldeada, sumerge cada pretzel en la solución de agua caliente con bicarbonato de sodio y colócalo en las bandejas preparadas. Espolvorea con sal kosher.