Precalienta el horno a 425°F (220°C). Forra una bandeja para hornear grande con papel pergamino. Mezcla la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato y la sal marina en un tazón grande.

Ralla la mantequilla fría en el tazón usando un rallador de caja. Cubre la mantequilla rallada con la mezcla de harina hasta que esté completamente cubierta.

Mezcla el ricotta y el agua en un tazón pequeño. Agrega la mezcla al tazón de harina y mezcla suavemente para formar una masa desmenuzada. Ajusta agregando agua fría adicional si es necesario.

Voltea la masa sobre una superficie enharinada, amasa suavemente 3-4 veces y aplasta hasta alcanzar un grosor de 3/4 de pulgada. Corta en porciones y apílalas para capas. Repite dos veces, asegurándote de mantener el grosor de la masa en 3/4 de pulgada.

Corta los bizcochos usando un cortador de 2 1/2 a 3 pulgadas de diámetro. Colócalos en la bandeja para hornear de modo que apenas se toquen.

Hornea los bizcochos durante 15-16 minutos hasta que estén dorados. Enfría en la bandeja durante 5 minutos.