Reúne los ingredientes.

Bate el azúcar, la mantequilla, el queso crema, la yema de huevo, la sal, el extracto de almendra y la vainilla en un tazón grande con una batidora eléctrica hasta que esté suave.

Incorpora gradualmente la harina hasta que la masa se una.

Divide la masa en tercios y forma cada porción en un disco. Envuelve bien con plástico adherente y refrigera durante 8 horas o toda la noche.

Cuando estés listo para hornear, precalienta el horno a 375 grados F (190 grados C).

Trabajando con un disco a la vez, extiende la masa sobre una superficie ligeramente enharinada hasta alcanzar un grosor de 1/8 de pulgada; mantén los otros discos refrigerados hasta que estés listo para extenderlos.

Corta la masa en las formas deseadas con cortadores de galletas ligeramente enharinados. Coloca las galletas a 1 pulgada de distancia en bandejas para hornear sin engrasar.

Hornea en el horno precalentado hasta que las galletas estén ligeramente doradas, de 7 a 10 minutos, cambiando las rejillas a la mitad del tiempo. Retira del horno y transfiere las galletas a rejillas.