Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio-alto. Agrega el pollo, 1 cucharada de ajo y 1 cucharada de sazonador italiano; cocina y mezcla hasta que el pollo ya no esté rosado en el centro y los jugos salgan claros, unos 6 a 8 minutos. Transfiere a un tazón.

Calienta 1 cucharada de aceite de oliva y 1 cucharada de ajo en la misma sartén hasta que esté fragante, aproximadamente 1 minuto. Agrega los camarones y cocina hasta que estén rosados por fuera y la carne sea opaca, unos 2 a 3 minutos por cada lado. Transfiere al tazón con el pollo.

Cocina el bacon cortado en la misma sartén hasta que esté apenas crujiente (no duro), unos 6 minutos. Escurre sobre un plato forrado con toallas de papel; deja la grasa en la sartén.

Lleva a ebullición una olla grande con agua ligeramente salada. Agrega los linguine y las 2 cucharadas restantes de aceite de oliva; cocina hasta que estén tiernos pero aún firmes al dente, unos 11 minutos. Escurre y mantén caliente.

En un tazón, mezcla bien la crema espesa, el queso parmesano, las yemas de huevo, 1 cucharada restante de sazonador italiano, sal y pimienta hasta que estén bien combinados.

Saltea la cebolla picada en la grasa de bacon restante a fuego medio hasta que esté translúcida, unos 5 minutos. Agrega el vino, aumenta el fuego y lleva a ebullición.

Agrega la mezcla de crema a la sartén. Reduce el fuego y cocina a fuego lento hasta que la salsa comience a espesar, unos 3 a 5 minutos.