Combina la harina para pan y la sal en un tazón grande. Haz un hueco en el medio y vierte el agua caliente. Mezcla con una cuchara de madera para formar una masa desordenada.

Transfiere la masa a una superficie enharinada ligeramente. Amasa hasta que esté pegajosa pero relativamente suave y elástica, espolvoreando con una cantidad mínima de harina si es necesario. Envuelve en plástico y deja reposar durante 2 horas.

Mezcla el aceite vegetal, el aceite de sésamo y la harina en una sartén a fuego medio hasta que empiece a burbujear, unos 3 minutos. Cocina por 1 minuto más. Retira del fuego y deja enfriar a temperatura ambiente.

Desenvuelve la masa y córtala por la mitad. Estírala en forma de tubo y presiona con los dedos. Usa un rodillo para aplanar la masa en una forma rectangular de aproximadamente 1/8 de pulgada de grosor.

Pinta la superficie de la masa con la mezcla de aceite hasta cubrirla apenas, dejando 1 pulgada de espacio en los bordes. Espolvorea los cebollines encima. Enrolla la masa apretadamente para sellar los cebollines, comenzando por el lado largo. Una vez que llegues al final, tira del borde opuesto sobre la parte superior.

Enrolla un extremo de la masa hacia adentro hacia el centro; envuelve el extremo opuesto alrededor del rollo para terminar, metiendo la punta debajo. Espolvorea el rollo con harina y extiende la masa en un panqueque de aproximadamente 1/4 de pulgada de grosor. Repite con la masa restante, aceite y cebollines para hacer el segundo panqueque.