Espolvorea ambos lados de las rodajas de berenjena con sal. Coloca las rodajas en un colador y coloca un plato debajo del colador para capturar el líquido que sudará de la berenjena. Deja reposar durante 30 minutos.

Precalienta el horno a 350 grados F (175 grados C). En un tazón mediano, mezcla el queso ricotta, el queso mozzarella y 1/4 de taza de queso parmesano. Incorpora el huevo y la albahaca.

Enjuaga la berenjena con agua fría hasta que se elimine toda la sal. En una sartén grande, calienta 4 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Coloca una capa de berenjena en la sartén, dora cada lado. Repite con las rodajas restantes de berenjena, usando más aceite si es necesario.

En un molde para hornear de 9x13 pulgadas, extiende uniformemente 1 1/2 tazas de salsa de espagueti. Coloca una capa de rodajas de berenjena encima de la salsa. Cubre la berenjena con la mitad de la mezcla de queso. Repite el proceso de capas hasta que se usen todas las berenjenas y la mezcla de queso. Vierte la salsa restante sobre las capas y espolvorea con el queso parmesano restante.